El Dodge Challenger fue el último del grupo de los «Pony
Cars», pero pasó el tiempo sabiamente, perfeccionando su entrada. Pocas
palabras en el mundo automotor han dejado el legado tanto en producción en
serie como en el mundo del circuito y cuarto de milla. Sin duda ha dejado
huella en la memoria de los aficionados a los "muscle cars” o simplemente
en los conocedores de lo que es el poder a la americana. Como heredero de la
última generación de los Muscle Cars, el Dodge Challenger marcó época con
respecto a su estilo y potencia. La historia corta de los Muscle Car
norteamericanos que nacieron en base a las nuevas plataformas ideadas en los
años de 1950, es una historia de glorias, amores y grandes marcas en la
experiencia de muchos pilotos. Y el Dodge Challenger fue el más grande
representante de su época, así como el último de su generación. El Challenger
debutó con un motor que variaba desde el dócil seis cilindros Slant Six en
línea al poderoso 440 V8 con carburador de seis cuerpos (seis
bocas) asi como el imponente Hemi 426. Otros Pony Car solo pudieron soñar con
una gama de motores de este tipo.
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